La intención de esta capacitación tiene por propósito abordar aquellos contenidos que nos ayudan a comprender cómo nuestra sociedad, sus instituciones y sistemas de valores construyen y legitiman determinados modelos masculinos. Los mecanismos sociales implícitos que hacen de la masculinidad una forma específica de hegemonía se instalan como una dinámica social dominante, no a través de la imposición, sino desde el consentimiento y la naturalización de un deber ser. Por ello, la noción de masculinidad hegemónica permite hacer visible las diferentes maneras en que la inequidad de género se instala como una práctica social cotidiana en especial en los ámbitos laborales en los que nos desempeñamos.
Toda práctica humana debe incluir necesariamente la buena estima y la consideración por la otra persona, en particular, el respeto por lo que piensa y elige en su sistema de valores y prácticas individuales. “No se necesitan las mismas ideas, se necesita el mismo respeto” puede ser la clave para construir una sociedad mejor y más igualitaria.